En el presente artículo
he procurado reunir algunas de las aportaciones a escala internacional que he
juzgado más importantes acerca del tema de las competencias en la educación
superior. Este estudio me llevó varios meses de trabajo, debido a que en
nuestro país hasta hace muy poco tiempo se desconocía o había poco material
escrito sobre el tema. Con él no pretendo llegar a conclusiones, sino
únicamente aportar el resultado de mi investigación.
Vivimos en una época en
la cual la información aplicada a las esferas de la producción, de la
distribución y de la gestión está revolucionando las condiciones de la
economía, el comercio, las bases de la política, la comunicación cultural
mundial y la forma de vida y de consumo de las personas. Este nuevo ciclo ha
sido denominado sociedad de la información, debido a que es la
información la que ahora dirige la economía global que está surgiendo.
El cambio en la educación
El incremento y la
complejidad de los problemas que este giro promueve es quizá más perceptible en
la educación superior, debido al cambio de las estructuras sociales, entre las
cuales la globalización (como un factor externo) ha sido un aspecto importante
y por el hecho de que la educación superior por sí misma se ha visto obligada a
proponer cambios internos radicales como resultado de la situación explosiva en
el incremento de alumnos, profesores y administrativos. Además, porque al ser
el alumno egresado quien se enfrenta precisamente a los nuevos retos de la
oferta y la demanda, encara grandes problemas, tales como elegir, analizar y
emplear la información, investigar y generar procesos y técnicas innovando los
existentes, que hacen evidente la necesidad de un aprendizaje distinto y
permanente.
Una visión renovada
La educación
superior necesita ahora una visión renovada para su planeación, que sea
congruente con las características de la sociedad de la información,
como por ejemplo, el desarrollo y promoción de las nuevas tecnologías, las
cuales en la actualidad amplían las fronteras y transfiguran ya el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Por ello se ha visto que
es necesario repensar los conceptos básicos de la planeación estratégica de las
universidades y explorar las competencias que las instituciones de educación
superior forzosamente requerirán para poder anticipar las exigencias a las que
sus alumnos se enfrentarán en el siglo xxi.
Qué es la sociedad
de la información[1]
Como se ha visto, los
cambios que se prevé deberán hacer las instituciones educativas responden a
esta nueva era, por lo que juzgamos necesario definirla, aunque por razones de
espacio sólo lo hagamos brevemente.
La sociedad industrial
se sustentaba en el uso de los recursos clásicos de la economía, la sociedad
de la información se fundamenta en el capital humano reforzado por las
nuevas tecnologías. Hoy el conocimiento se renueva cada cinco años y en ese
lapso se genera más información que en todos los cientos de años previos. Esta
transformación conduce a que la educación se plantee de manera diferente.
Las principales características de la sociedad de
la información son:
·
La economía dirigida por conocimientos globales.
·
La comunicación como directiva.
·
El aprendizaje como fuente de un atributo sostenido y competitivo.
·
La información compartida contra el atesoramiento del conocimiento.
El cambio en la educación. La educación basada en
competencias
Para establecer un
cambio en la educación a escala mundial que garantice la excelencia y que
satisfaga las necesidades de la práctica laboral contemporánea, los
investigadores (Holland 1966-97; Bigelow 1996; Mardesn 1994; Grootings 1994;
Ducci 1996, entre otros) han propuesto que este proceso debe iniciarse desde un
marco conceptual que cimiente la consonancia entre los conocimientos, las
habilidades y los valores. El marco conceptual lo constituyen las
características propias de la identidad de cada institución con su misión y
sello específicos.
La unesco expresa
En la Conferencia
Mundial sobre la Educación Superior (1998) en la sede de la unesco se expresó que es necesario
propiciar el aprendizaje permanente y la construcción de las competencias
adecuadas para contribuir al desarrollo cultural, social y económico de la
sociedad.
Asimismo, se señaló que
las principales tareas de la educación superior han estado y seguirán estando
ligadas a cuatro de sus funciones principales:
- Una generación con nuevos
conocimientos (las funciones de la investigación).
- El entrenamiento de personas
altamente calificadas (la función de la educación).
- Proporcionar servicios a la
sociedad (la función social).
- La crítica social (que implica
la función ética).
Los medios para alcanzar
las metas educativas
Con la modernidad, el
ser humano se enfrenta a cambios radicales y comprende que ahora, más que en
ningún otro tiempo, debe reflexionar sobre su situación como persona en
desarrollo y edificar su camino. Es decir, necesita elaborar un proyecto de
vida muy claro para alcanzar sus propias metas, aquello que anhela o espera ha
de construirlo y responder por ello.
En este momento, para
alcanzar las metas educativas, la educación superior requiere que se
trace un plan para cambiar o rectificar una situación existente, tarea que
comprende las siguientes fases: la intención particular del individuo de actuar
(lo que se quiere realizar o edificar en razón del propio crecimiento como
persona, que exige una estrecha relación con la ética y de un proyecto de vida
situado en el entorno del siglo xxi),
estipular previamente los resultados que se quieren obtener y la inversión de
esfuerzos en conjunto de líderes y comunidad para democráticamente alcanzar las
metas.
Los avances de la
investigación de punta indican que actualmente el proyecto educativo establece
que la obtención de las metas radica en el conocimiento de la
disciplina, el desarrollo de las habilidades, las competencias de
desempeño o de producción y la madurez de los hábitos mentales y de conducta
que se relacionen con los valores universales y con los de la misma disciplina.
La educación basada en
competencias
Todos los rubros para
alcanzar las metas educativas son importantes por igual, además de que unos y
otros se vinculan para conseguir un fin, o el logro que establecen las
competencias. No obstante, en este espacio nos referiremos específicamente a
las competencias porque este término puede aún prestarse a confusión, al
haber sido acuñado por la educación hace relativamente poco.
Definición
La educación basada en competencias
es una nueva orientación educativa que pretende dar respuestas a la sociedad
de la información.
El concepto de competencia,
tal y como se entiende en la educación, resulta de las nuevas teorías de
cognición y básicamente significa saberes de ejecución. Puesto que todo
proceso de “conocer” se traduce en un “saber”, entonces es posible decir que
son recíprocos competencia y saber: saber pensar, saber desempeñar, saber
interpretar, saber actuar en diferentes escenarios, desde sí y para los demás (dentro
de un contexto determinado).
Chomsky (1985), a partir
de las teorías del lenguaje, instaura el concepto y define competencias
como la capacidad y disposición para el desempeño y para la interpretación.
La educación basada en
competencias (Holland, 1966-97) se centra en las necesidades, estilos de
aprendizaje y potencialidades individuales para que el alumno llegue a manejar
con maestría las destrezas señaladas por la industria. Formula actividades
cognoscitivas dentro de ciertos marcos que respondan a determinados indicadores
establecidos y asienta que deben quedar abiertas al futuro y a lo inesperado.
De esta manera es
posible decir, que una competencia en la educación, es una convergencia de los
comportamientos sociales, afectivos y las habilidades cognoscitivas,
psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un
papel, un desempeño, una actividad o una tarea.
Gardner (1998), por
ejemplo, en su Teoría de las Inteligencias Múltiples distingue de la siguiente
manera las competencias que deben desarrollar los alumnos en el área del arte:
Producción. Hacer una composición
o interpretación musical, realizar una pintura o dibujo, escribir
imaginativamente o creativamente.
Percepción. Efectuar distinciones
o discriminaciones desde el pensamiento artístico.
Reflexión. Alejarse de la propia
producción e intentar comprender los objetivos, motivos, dificultades y efectos
conseguidos.
Como se puede apreciar,
Gardner señala que quien se educa para producir artísticamente ha de construir
percepciones que van más allá de las habilidades de saber mirar, observar,
captar y que, por lo tanto, las otras habilidades conjuntas a la competencia
“construir percepciones” son: saber distinguir y discriminar desde el
pensamiento artístico y desde un marco conceptual que fundamente la relación
entre las habilidades, los procesamientos cognitivos y los valores. Así, las
competencias se acercan a la idea de aprendizaje total, en la que se lleva a
cabo un triple reconocimiento:
a)
Reconocer el valor de lo que se construye.
b)
Reconocer los procesos a través de los cuales se ha realizado tal
construcción (metacognición).
c)
Reconocerse como la persona que ha construido.
Nueva dimensión
Las competencias
detentan una nueva dimensión, que va más allá de las habilidades o destrezas,
por ejemplo, dos personas pueden haber desarrollado sus habilidades al mismo
nivel, pero no por eso pueden construir un producto con la misma calidad y
excelencia. Competencia implica algo más, que se expresa en el desempeño.
Competencias y desempeño
El desempeño en la
educación está determinado por una manifestación externa que evidencia el nivel
de aprendizaje del conocimiento y el desarrollo de las habilidades y de los
valores del alumno. El resultado del desempeño es un fin planificado que
también requiere se planifique el desarrollo de ciertas habilidades y destrezas
específicas, que se habrán elegido de acuerdo con el objetivo deseado.
La intención que se da a
la competencia es desempeñar o producir algo para sí y para los demás, esta
intención se vincula con la estructura cognoscitiva de quien lo desempeña o
produce y con las normas o criterios de quienes lo evalúan y lo interpretan. La
construcción de competencias debe realizarse desde el marco conceptual de la
institución y desde las metodologías que las determinen. El producto o
desempeño debe presentarse de acuerdo con los términos o criterios de las
exigencias de calidad que previamente se habrán acordado o establecido para la
presentación o el desempeño.
Construcción de
competencias
La construcción de
competencias no puede realizarse de manera aislada, sino que debe hacerse a
partir de una educación flexible y permanente, desde una teoría explícita de la
cognición, dentro del marco conceptual de la institución, en un entorno
cultural, social, político y económico.
Las competencias, igual
que las actitudes, no son potencialidades a desarrollar porque no son dadas por
herencia ni se originan de manera congénita, sino que forman parte de la
construcción persistente de cada persona, de su proyecto de vida, de lo que
quiere realizar o edificar y de los compromisos que derivan del proyecto que va
a realizar. La construcción de competencias debe relacionarse con una comunidad
específica, es decir, desde los otros y con los otros (entorno social),
respondiendo a las necesidades de los demás y de acuerdo con las metas,
requerimientos y expectativas cambiantes de una sociedad abierta.
El desempeño debe
planificarse de tal manera que admita que el educando tenga un desarrollo apropiado
en las distintas situaciones y pueda adaptarse a las cambiantes formas de
organización del trabajo.
Las competencias en el proceso educativo
Con lo anterior es
posible afirmar que las competencias en la educación pueden definirse como la
convergencia entre los conocimientos de la disciplina, las habilidades
genéricas y la comunicación de ideas.
Las habilidades
genéricas especifican lo que se debe hacer para construir una competencia u
obtener un resultado o un desempeño: trabajo de equipo, planteamiento de
problemas, encontrar y evaluar la información, expresión verbal y escrita, uso
de las nuevas tecnologías y resolución de problemas.
En la educación basada
en competencias, éstas dirigen el sentido del aprendizaje, quien aprende lo
hace desde la intencionalidad de producir o desempeñar algo, involucrándose con
las interacciones de la sociedad.
Las competencias son
parte y producto final del proceso educativo. “Competencia” es su construcción
durante el proceso educativo, como también lo es su desempeño, es decir, el
resultado práctico del conocer (cuadro 1).
Nuevo significado de aprender
En la educación basada
en competencias quien aprende lo hace al identificarse con lo que produce, al
reconocer el proceso que realiza para construir y las metodologías que utiliza.
Al finalizar cada etapa del proceso se observan y evalúan la(s) competencia(s)
que el sujeto ha construido.
La educación basada en
competencias es un enfoque sistemático del conocer y del desarrollo de
habilidades; se determina a partir de funciones y tareas precisas. Se describe
como un resultado de lo que el alumno está capacitado a desempeñar o producir
al finalizar una etapa. La evaluación determina qué específicamente va a
desempeñar o construir el estudiante y se basa en la comprobación de que el
alumno es capaz de construirlo o desempeñarlo.
La experiencia práctica y el desempeño
La educación basada en
competencias se refiere a una experiencia práctica, que necesariamente se
enlaza a los conocimientos para lograr un fin. La teoría y la experiencia
práctica se vinculan, utilizando la primera para aplicar el conocimiento a la
construcción o desempeño de algo.
Desde el currículum, la
educación basada en competencias se concentra en:
·
Los conocimientos.
·
Las habilidades.
·
Las actitudes inherentes a una competencia (actitudes o comportamientos
que respondan a la disciplina y a los valores).
·
La evaluación de los logros mediante una demostración del desempeño o de
la elaboración de un producto.
Debe tomarse en cuenta:
el diseño de la enseñanza-aprendizaje; las competencias que se van a construir;
las disciplinas como marco de referencia del aprendizaje; las habilidades a
desarrollar; la promoción de actitudes relacionadas con los valores y con las
disciplinas; los procesos; los programas de estudio orientados a los
resultados; el diagnóstico; la evaluación inserta en el aprendizaje, en
múltiples escenarios y en diversas situaciones, basada en el desempeño y como
una experiencia acumulativa, la retroalimentación, la autoevaluación; los criterios
que se utilicen para evaluar los desempeños o resultados; el seguimiento y la
interacción social.
El ejemplo que se
muestra en el cuadro pretende ilustrar las habilidades que se desarrollan y las
competencias que se construyen en una institución a nivel superior cuya
educación se basa en competencias. Fue tomado de una asociación canadiense, se
seleccionó porque Canadá ha obtenido una vasta experiencia en la educación
basada en competencias con magníficos resultados y porque esta muestra, aunque se
refiere a un entrenador deportivo, es viable de aplicar a las diferentes
disciplinas, asimismo ilustra que las competencias se construyen en el proceso
y son también una demostración final del desempeño. Como es posible observar,
estas competencias se enlazan al conocimiento y se vinculan a las habilidades (cuadro
2).
Competencias y sociedad de la información
El espíritu emprendedor
que caracteriza esta nueva época, a la que nos hemos referido, exige la
construcción de competencias como una nueva cultura académica, en la que se
promueva un liderazgo congruente con la nueva sociedad: de demanda de
información tecnológica y del desarrollo de las habilidades que le
correspondan, de conocimientos, de conocer las necesidades de la época, de
servir e interactuar; así como de nuevas iniciativas, de una reorganización de
los programas existentes y de procesos que ayuden a construir competencias, que
no sólo respondan a la institución educativa, sino que, al mismo tiempo, apoyen
el desarrollo de la misma sociedad de la información.
Los avances de la
investigación advierten que la innovación de las estrategias será una de las
competencias definitivas en las universidades de la nueva era, tomando en
cuenta que la meta no es crear estrategias perfectas, sino construir
estrategias que conduzcan a la dirección apropiada, para después depurarlas
progresivamente a través de la experimentación y el ajuste.
Señalan estas
investigaciones que será necesario utilizar nuevos términos y metáforas porque
la nueva terminología es un pasaporte necesario para las nacientes
perspectivas, ya que los términos anticuados encarcelan nuestro pensamiento
dentro de viejos paradigmas y es forzoso mantenerse abierto a los nuevos retos,
redireccionar el proceso de planificación existente y desarrollar un género
nuevo para aprender/experimentar, guiándose por una visión revolucionaria que
permita a las universidades construir las competencias necesarias para el
dinamismo de la sociedad de la información, dando por hecho que es
imprescindible hacer las cosas de manera diferente.
Las investigaciones
afirman[2]
que será imperioso establecer un liderazgo flexible que pueda aprender y crecer
permanentemente; que no existen recetarios capaces de orientar, si se
descubriera uno se retrocedería a la rigidez en la elaboración de la planeación
estratégica.
Para poder participar en
esta nueva era, las instituciones a nivel superior deberán generar productos de
aprendizaje, servicios y experiencias que coincidan con las parámetros en
tiempos, responsabilidades, consumos, coherencia y conveniencia de la sociedad
de la información. Estos productos de aprendizaje deberán ser capaces de
desplazarse; para crearlos se necesitarán nuevas culturas académicas y otras
diferentes a las que ahora existen.
La planeación
La sociedad de la
información exige que previamente se establezcan políticas operativas, y se
diseñe un modelo de planeación estratégica del aprendizaje junto con un modelo
de administración del aprendizaje.
Construcción
de competencias. Las competencias como base de la nueva educación
Es importante recordar
que las competencias parten del marco conceptual que provee la institución con
su misión y sello característicos.
Para elegir el núcleo de
competencias básicas que se requiere construir es necesario analizar y
responder en forma realista las siguientes preguntas:
1.
¿Cuáles son las competencias básicas y necesarias para obtener buenos
resultados en la práctica profesional contemporánea?
2.
¿Qué indicadores permiten elegir las competencias que se van a construir?
3.
¿Cuáles son los medios más efectivos para construir estas competencias?
4.
¿Cuáles son los medios más efectivos para comprobar que los alumnos han
construido estas competencias?
Competencias básicas y habilidades
Los modelos más
consolidados en Australia, Canadá y los Estados Unidos han propuesto ocho
competencias básicas[3],
con las cuales se pueden agrupar diferentes habilidades.
En su totalidad las
competencias básicas o genéricas, que se presentan a continuación a manera de
ejemplo, apoyan la práctica profesional, e internacionalmente se han aplicado
en la educación y en los ambientes laborales. Se ajustan a diferentes
situaciones, circunstancias y ambientes. Especifican y resumen las habilidades
necesarias que el alumno requiere para incorporarse a la práctica profesional y
para desempeñarla efectiva y eficazmente.
Las habilidades pueden
adaptarse a diferentes escenarios, profesiones, empleos y niveles de la
educación.
1) De estimación e injerencia.
a) Se relacionan y dependen
de los conocimientos de la disciplina.
b)
Dominio de tareas y contenidos.
2) De comunicación.
a) Habilidades verbales:
·
Hablar y escuchar.
·
Formular preguntas adecuadas.
·
Discusión grupal, interactuar.
·
Decir, mostrar, reportar.
·
Leer críticamente y expresarse verbalmente y por escrito de manera
correcta en el propio idioma (y en otro, específicamente el inglés).
b) Habilidades de
lectura:
·
Leer críticamente.
·
Seleccionar la información.
·
Evaluar la información.
·
Tomar una posición frente a la información; no dejarse guiar
irreflexivamente por los contenidos.
c) Habilidades de
expresión escrita:
·
Escribir: pensar con lógica para
expresar ordenadamente el pensamiento por escrito (redactar significa
etimológicamente compilar o poner en orden).
·
Elaborar reportes.
·
Elaborar artículos.
·
Elaborar síntesis.
·
Elaborar ensayos.
d) Habilidades de
computación:
·
Procesar información.
·
Información: búsqueda, consulta, valoración y elección de la
información.
·
Se relacionan con la disciplina que se estudia.
·
Se relacionan con la práctica profesional.
3) De pensamiento
crítico.
a) Evaluación:
·
Evaluar (estimar el valor de una cosa).
·
Establecer el uso, la meta, de lo que se va a evaluar y el modelo en el
cual apoyarse para juzgar el valor de una cosa.
·
Realizar juicios de valor (discernimientos sobre la cosa).
·
Clarificar razonamientos.
·
Integrar datos pertinentes de diferentes fuentes.
·
Discutir o dialogar (dar pros y contras sobre las aseveraciones,
cotizaciones, políticas, etcétera).
·
Comparar y contrastar.
b) Análisis:
·
Dividir el problema en sus partes principales.
·
Relacionar.
·
Criticar (juzgar los aspectos buenos y malos de una cosa).
·
Apoyar los juicios.
·
Considerar los juicios de calidad.
·
Demostrar las causas o las razones.
·
Causas-efectos.
·
Desarrollar la evidencia y la influencia potencial de cada factor.
·
Identificar las características principales.
·
Argumentar (dar razones).
·
Demostrar (mostrar algo).
·
Suministrar
evidencia.
·
Clarificar
fundamentos lógicos.
·
Apelar a
los principios o a las leyes.
c) Resolución de problemas:
·
Determinar,
razonar, crear diferentes alternativas.
·
Elegir.
d) Toma de decisiones:
·
Jerarquizar.
·
Asentar
prioridades.
·
Asumir
consecuencias.
e) Consulta:
·
Habilidades
de computación.
·
Procesos
de investigación.
·
Consulta
científica.
4) De relación.
a) Actitudes relacionadas con:
·
El
humanismo y los valores.
·
La ética
profesional y la legalidad.
b) Cultura:
·
Nociones
básicas de las principales disciplinas humanistas y de las artes.
c) Relaciones interdisciplinares:
·
Trabajo
de equipo.
·
Capacidad
de trabajar de manera interdisciplinar.
d) Relaciones interpersonales:
·
Respeto a
otras culturas.
·
Servicio
y cooperación.
5) De función.
a)
Administrar:
·
Organizar.
·
Coordinar.
b)
Planificar:
·
Delegar.
·
Supervisar.
c) Trato con el personal y uso de recursos.
d) Responsabilidad:
·
Estimación
del desempeño.
6) De liderazgo.
a) Colaborar:
·
Agresividad.
·
Toma de
riesgos.
b) Creatividad:
·
Visión
para proponer alternativas.
c) Planear:
·
Anticipar.
·
Sostener
con evidencias.
·
Responsabilidad
profesional.
·
Desempeño,
actitud y comportamiento según la profesión.
7) De investigación y para la docencia.
8) Integrar conocimientos.
a)
Relación
con otras disciplinas.
b)
Integrar
conocimientos de otras disciplinas a la propia.
Resultados y desempeño
Las competencias son el eje de los nuevos
modelos de educación y se centran en el desempeño. Ser competente o mostrar
competencia en algo implica una convergencia de los conocimientos, las
habilidades, los valores y no la suma de éstos. La convergencia de estos
elementos es lo que da sentido, límites y alcances a la competencia.
En
términos pedagógicos
Centrar los resultados en el desempeño implica
modificar no sólo el tipo de diseño curricular, sino también las prácticas de
enseñanza y la evaluación que tradicionalmente se habían centrado en la
información que el estudiante almacenaba.
Ahora se proponen diferentes esquemas con una
diversificación de situaciones de aprendizaje y evaluación que permitan al
estudiante adoptar un papel activo de manera que pueda ejercer sus
conocimientos, habilidades y conductas en situaciones en las que este conjunto
de aprendizajes se combinen de distintas formas.
Asimismo, no podrá separarse el saber del saber
hacer, el esfuerzo quedará centrado en los resultados en los que ambos se
integran.
Objetivos
y resultados
Para expresar los propósitos educativos, según
recomienda The Concepts and Methods of the Competency Outcomes and
Performance Assessment[4],
es preferible utilizar, en vez del vocablo tradicional “objetivos”, el término
más actual “resultados”, porque define con mayor claridad las metas del
aprendizaje y las prácticas básicas y avanzadas de la disciplina. El término objetivo
implica intención y el término competencia implica resultado.
“Resultados” son los frutos que se obtienen, el final
del producto, el foco de todas las actividades relacionadas; requieren que se
hayan construido competencias y desarrollado las habilidades que les
conciernen, además de que el estudiante se haya comprometido y hecho competente
en las habilidades que utilizará en su práctica profesional.
El término objetivos tradicionalmente ha sido
utilizado como un enfoque a los modos del aprendizaje y a la orientación del
estudiante para que aprenda contenidos. Así, por lo común, el vocablo no
refleja las habilidades relacionadas con la práctica ni tampoco muestra el
desempeño para cuya ejecución fue necesario que el alumno aprendiera los
contenidos (Lenburg et al., 1995).
Conocimientos, habilidades y valores. Definiciones y
relaciones
Para evitar confusiones, es importante conocer algunas
de las acepciones que los investigadores dan a los diversos vocablos.
Los egresados universitarios llevan consigo a los
diferentes campos del trabajo, distintas habilidades que son parte de la educación
compleja e integral que recibieron.
Conocer las relaciones entre los conocimientos, las
habilidades y los valores del alumno egresado contribuirá a conseguir un
lenguaje común entre los educadores y los empresarios y/o empleadores, lo cual
facilitará el montaje de las competencias en las instituciones a nivel
superior.
Conocimientos
Se pueden dividir en generales, específicos y de la
disciplina. La educación superior, por lo general, orienta el aprendizaje hacia
los conocimientos disciplinares en campos específicos; los alumnos pueden
elegir libremente algunas materias, pero la mayoría de sus cursos se centran en
los conocimientos del campo que estudian. De la misma manera, los conocimientos
disciplinares son el núcleo de la evaluación, es decir, cada asignatura fija
una serie de exámenes o de reportes escritos y de algunas otras formas de
evaluación para medir el aprendizaje del alumno sobre los temas que el curso o
asignatura incluyen. De este modo, y por lo común, el alumno obtiene un cúmulo
de información sobre su disciplina y además puede demostrar que la aprendió; no
obstante, cuando se enfrenta al mundo laboral, con frecuencia tiene
dificultades para integrar toda esta información, a tal punto que no puede
resolver problemas en el desafío del trabajo cotidiano.
La realidad no se divide como en los cotos
disciplinarios de las instituciones a nivel superior. El egresado, que
únicamente ha sido expuesto a los conocimientos específicos de una determinada
área, vive una evidente desventaja cuando se enfrenta a los complejos problemas
reales y laborales porque no ha aprendido a aplicar sus conocimientos fuera del
aula.
Los conocimientos, unidos a las habilidades y a los
valores, permiten que se construyan competencias. Para ello es necesario que el
conocimiento se aplique de manera práctica en la construcción o desempeño de
algo.
Habilidades
La definición de los conceptos habilidades y competencias
varía considerablemente. Paul Attewell (1990) en su artículo “Qué es una
habilidad”, dice que es un concepto sumamente complicado: habilidad es
la destreza para hacer algo, pero la palabra también se relaciona, por ejemplo,
con el desarrollo mismo de una habilidad, y habilidad suele utilizarse
como sinónimo de competencia, que de esta manera remite a expertos, a
maestría en el desempeño y excelencia.
Las habilidades se componen de un conjunto de acciones
relacionadas. No se desarrollan aisladamente, se asocian a los
conocimientos y a los valores y unos a los otros se refuerzan. Se
desarrollan en secuencia, las básicas deben incrementase antes que las
habilidades avanzadas.
Richard Boyatzis (1982) expresa que: “una competencia
es la destreza para demostrar la secuencia de un sistema del comportamiento
que funcionalmente está relacionado con el desempeño o con el resultado
propuesto para alcanzar una meta, y debe demostrarse en algo observable, algo
que una persona dentro del entorno social pueda observar y juzgar”.
Las competencias en relación con las habilidades
determinan qué tan efectivamente se desempeñan las habilidades y qué tanto se
desarrollaron en secuencia para alcanzar una meta.
Valores
Las universidades refuerzan los valores de los
estudiantes en varios aspectos positivos (Astin, 1993). “Un valor es un
principio abstracto y generalizado del comportamiento que provee normas para
juzgar algunas acciones y metas específicas, hacia las cuales los miembros de
un grupo sienten un fuerte compromiso emocional” (Astin, 1993). Los valores son
el contexto en el que las habilidades y la aplicación de los conocimientos se
basan.
Saber optar por algo valioso, según señala el
“Análisis sobre las habilidades para una educación permanente”[5],
es fruto: del “pensamiento crítico”. Al proponer que los estudiantes construyan
competencias, en ningún momento significa que deban abandonar sus valores, por
lo contrario, es muy importante que desarrollen su pensamiento crítico, como un
puntal para el crecimiento en valores. Por ejemplo, en el tiempo que los
estudiantes ingresan al campo laboral, suelen fluctuar entre pertenecer a un
equipo cuyos miembros le simpaticen o en aceptar cualquier tipo de trabajo sin
que importe su integridad y honestidad, esto sucede cuando no se desarrolló su
pensamiento crítico.
Un estudio que examina los factores de éxito de los
egresados de instituciones a nivel superior en Canadá encuentra seis valores
fundamentales que se relacionan con la educación (Evers y Ohara, 1995):
Seis
valores fundamentales en instituciones a nivel superior en Canadá:
·
Actitudes
morales y éticas.
- Gusto por aprender a aprender/ aprender
permanentemente.
- Ciudadanía comprometida.
- Respeto y tolerancia hacia los otros.
- Educación liberal.
- Conciencia ambiental.
Competencias
básicas o genéricas
Para enfatizar la formación de los estudiantes en
estos valores, en 1998/99 la Universidad de Guelph, en Canadá, decretó las
siguientes competencias como base de su educación; puede observarse que son una
convergencia entre las habilidades, los conocimientos y los valores.
Competencias
Comunicación:
- Leer y escribir a nivel universitario diferentes
textos impresos y electrónicos.
·
Manejo de
recursos y de tareas (de función y relación):
- Desarrollar diversas tareas
que impliquen percepciones y valoraciones éticas.
- Trabajar en diferentes tareas que impliquen
conocimientos matemáticos a nivel universitario, análisis y resolución de
problemas.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen una
toma de conciencia del desarrollo histórico.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen una
comprensión global.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen la
comprensión de diferentes modelos de investigación.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen
percepciones y valoraciones estéticas.
De
liderazgo:
- Movilizar innovaciones y cambios.
·
Autogestión
(integrar conocimientos):
- Desarrollar diversas tareas que impliquen una
madurez en la conducta y se relacionen con los valores éticos.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen una
profundidad y amplitud en la comprensión.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen una
independencia del pensamiento.
- Desarrollar diversas tareas que impliquen que el
alumno ha aprendido a aprender.
Los conocimientos,
habilidades y valores de los universitarios en el campo laboral
Conocimientos y habilidades. Por lo general, los empresarios o contratistas emplean
a los egresados basándose en una evaluación informal de sus conocimientos,
habilidades y valores. Suelen visitar las universidades para
entrevistar a los alumnos que están por graduarse, asumiendo que éstos poseen
un alto nivel de comprensión en su campo de conocimiento, que son competentes
en las habilidades que se relacionan con éste y que son confiables. Sin
embargo, las instituciones educativas suelen omitir o desconocer que las
habilidades necesarias en el campo del trabajo van mucho más allá de las capacidades
específicas que se asocian al conocimiento de la disciplina. Esto conduce a que
gran cantidad de egresados universitarios fracasen en su trabajo profesional y
ocasiona cuantiosas pérdidas a las organizaciones laborales, problemas que las
empresas desean evitarse en el futuro.
Valores.
Las investigaciones han revelado que la honestidad está directamente
correlacionada con otros valores conectados con la ética en el trabajo; sin
embargo, con frecuencia, las instituciones a nivel superior no toman en cuenta
que los alumnos deben formarse en valores, y menos aún que ciertas actitudes no
sólo deben ser consideradas, sino también evaluadas formalmente con objeto de
que los egresados funcionen de manera óptima. En últimas fechas las
corporaciones están aplicando ya unos tests que miden algunas actitudes
de los presuntos empleados.
Breves
conclusiones
Los conocimientos, habilidades y los valores
relacionados con una disciplina son aspectos importantes que el graduado
universitario lleva consigo al trabajo. Sin embargo, por lo general, el nuevo
profesional no está preparado o, por lo menos, no está consciente de los
valores y habilidades genéricas que ha desarrollado y tampoco sabe cómo
aplicarlos en el desempeño cotidiano de su trabajo. Es por ello muy importante
que las instituciones a nivel superior basen su educación en competencias, ya
que de esta manera al alumno se le prepara para ser capaz, en forma eficaz y
eficiente, de aplicar los conocimientos adquiridos en la universidad de manera
práctica en la construcción o el desempeño de algo que se relaciona o es parte
del mundo del trabajo.
Es fundamental que las instituciones decididas a
trabajar con competencias, elaboren evaluaciones que permitan al egresado tomar
conciencia de sus logros en los aspectos mencionados y además se documenten en
el mundo laboral sobre las competencias que el alumno debe construir y que
éstas se acrediten en el trabajo, con objeto de que el egresado pueda
incorporarse sin tropiezos y en el nivel que le corresponde en el mundo
laboral, que apenas se le abre.
Es necesario que los alumnos se formen en habilidades
genéricas ya que éstas proveen una plataforma para aprender a aprender, pensar
y crear, asimismo es importante que las instituciones a nivel superior elijan
las habilidades que correspondan tanto a la educación como al mundo laboral.
La trascendencia de esta nueva propuesta, en mucho se
basa en que los conocimientos que los estudiantes aprenden ahora serán
obsoletos mañana. Las habilidades genéricas, por otro lado, no envejecen, se
desarrollan y aumentan, especialmente si se aprenden en un clima liberal de
aprendizaje.
Bibliografía
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and Practice of Assessment and Evaluation in higher Education, American
Council on Education and Macmillan, Nueva York, 1991.
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Por: Yolanda Argudín Vázquez
[3] Las competencias básicas se apoyan en 47 modelos universitarios de
Australia, Canadá y los Estados Unidos
[4] The Concepts and Methods of the Competency Outcomes and Performance
Assessment, Nueva York, 1999
[5] Making the Match Proyect, Managing Self, Communicating, Managing People
and Tasks, y Movilizing Innovation and Change.
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