Ferreiro y Teberosky crearon una evolución progresista del proceso de lectoescritura identificando cinco fases o etapa.
a) Etapa Pre silábica: abarca las dos primeras fases, y en estas el niño
tiene una escritura indiferenciada. En la primera fase diferencia la
escritura del dibujo pero no grafican letras convencionales. En la
segunda fase el niño emplea un variado repertorio de grafías
convencionales reguladas por hipótesis de cantidad mínima y de variedad.
En esta etapa el niño utiliza un conjunto indistinto de letras
asignándole cualquier significado. El niño solo comprende que las letras
se utilizan para escribir palabras.
b) Etapa Silábica: en esta etapa el niño establece una relación entre la
cadena sonora oral dada por la pronunciación y la cadena grafica que
utiliza para la escritura. Para el niño cada letra vale por una silaba.
c) Etapa Silábica - alfabética: esta etapa es conflictiva para el niño
por el abandono paulatino que hace de las hipótesis de la fase anterior.
Estos conflictos se producen por la dificultad de coordinar las
diferentes hipótesis, pues todavía no es capaz de segmentar los
elementos sonoros de las palabras.
d) Etapa Alfabética: en esta etapa el niño hace correspondencia entre el
fonema y el grafema. Esta fase no es el final del proceso puesto que
quedan por resolver muchas dificultades que se pueden presentar con la
comprensión del sistema en la sintaxis y la ortografía.
Enfoque
socio-cultural
Destaca la importancia de las
interacciones sociales puesto que los niños pequeños están sujetos a aprender
el modo en que está codificada la información culturalmente significativa que
encuentran en todos los contextos sociales donde están presentes. Cuando los
niños ingresan a la escuela han estado expuestos a la escritura y a la lectura
aunque quizás su exposición varía en cantidad y en calidad según los contextos
sociales. Esta exposición informal a la escritura y la lectura no garantiza
obviamente que el niño aprenderá a leer y escribir, pero será útil cuando el
maestro le enseñe mediante actividades planificadas que aprovechen todos los
aspectos significativos de los contextos sociales vividos por el niño.
Si bien con distintos matices se destacan
dentro del enfoque autores como Jerome Bruner, Lev Vygotski, y otros. Si bien este
enfoque considera que el aprendizaje
comienza en contextos sociales no formales, la interacción con adultos a través
de la participación en la cultura de lo escrito, como los cuentos leídos por
ejemplo, es fundamental. Vygotsky con su concepto de zona de desarrollo próximo explica
que el niño no avanza más allá de lo que ya sabe sin la interacción social de
un adulto.
En este sentido, el constructivismo
difiere de esta idea porque pone énfasis en el proceso cognitivo de la
alfabetización sin desconocer la importancia de las interacciones sociales,
porque en este enfoque se considera que el niño desarrolla concepciones propias
sobre el lenguaje escrito.
Enfoque Constructivista
Ferreiro y Teberosky(1992) han creado
una progresión del proceso que posee cinco fases. En las dos primeras fases el
niño tiene una escritura indiferenciada, llamada etapa presilábica. En la
primera fase diferencia la escritura del dibujo pero no grafican letras
convencionales. En la segunda fase el niño emplea un variado repertorio de
grafías convencionales reguladas por hipótesis de cantidad mínima (no se puede
leer si no hay una cierta cantidad de letras), de variedad (letras iguales no
sirven para leer) y otras.
En la tercera fase, llamada etapa
silábica el niño intenta dar valor sonoro a cada grafía, pero cada letra vale
por una sílaba. Por ejemplo, pueden escribir AAA y decir que allí dice ANANA.
En la cuarta fase, silábica-alfabética es conflictiva para el niño por el
abandono paulatino que hace de las hipótesis de la fase anterior. Los
conflictos se producen por la dificultad de coordinar las diferentes hipótesis,
lo que induce que no sea todavía capaz de segmentar los elementos sonoros de
las palabras. En la quinta fase el niño hace correspondencia entre el fonema y
el grafema por eso es llamada fase alfabética. Esta fase no es el final del
proceso puesto que quedan por resolver muchas dificultades que se pueden
presentar con la comprensión del sistema, en la sintaxis y
la ortografía.
Ferreiro destaca que el proceso de alfabetización inicial tiene como
componentes el método utilizado, la madurez-prontitud del niño y la
conceptualización del objeto que se puede dar de dos modos: como representación
del lenguaje o como código de trascripción gráfica en unidades sonoras, cuando
la conceptualización es de este tipo tiene una consecuencia pedagógica que es
la ejercitación de la discriminación y la adquisición de una técnica en
oposición a la comprensión de la naturaleza del sistema de representación del
lenguaje.
1 comentario:
por favor necesito la bibliografía de esta información
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